A principios de 2016 los empresarios de todos los sectores se preparaban para lo que sería un año demandante en vista de las exigencias legales que debían afrontar. La tensión se generaba por los plazos que se habían establecido y estaban próximos a caducar en un sinnúmero de solicitudes normativas; por ejemplo, la entrada en vigencia del Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo SG-SST; los nuevos parámetros de contabilidad NIIF; los planes estratégicos de seguridad vial PESV, entre otros.

 

Estos esfuerzos fueron emprendidos por los gerentes y administradores con esperanza, debido las grandes reformas que se advertían desde el Gobierno Nacional a favor de los ciudadanos, los empresarios y la formalidad. Citemos algunos: en el Ministerio de Transporte se redactaba una Resolución que haría operativo el “Decreto de Taxi de Lujo” y daría orden al funcionamiento de las aplicaciones móviles de transporte individual de pasajeros en vehículos no autorizados; en esta misma cartera de daban pistas de lo que sería la reglamentación para la Integración de los Sistemas de Transporte; en el Congreso se tramitaba la Ley que fortalecería a la Superintendencia de Puertos y Transporte; y la Presidencia anunciaba el inicio de operaciones de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.

Sin embargo, a mitad de año los gremios de transporte terrestre de pasajeros veíamos con preocupación que muchos de los anuncios realizados no se habían materializado, no obstante, se nos generaban nuevas expectativas, a la espera del repunte de la economía tras el levantamiento de los paros agrario y camionero. De igual forma, en esos meses se vislumbraba cercana la posibilidad de alcanzar los acuerdos finales con las FARC, lo que nos permitiría llegar con más vehículos a aquellos territorios en medio del conflicto armado y beneficiarnos del crecimiento de los viajes de turismo y negocios que vendrían con la atención internacional puesta en Colombia.

En este momento, ad portas de finalizar el 2016, hacemos un balance y encontramos que los empresarios seguimos trabajando con la misma tensión de cumplir los plazos impuestos por las exigencias legales que se acercan, la esperanza de que las partes en el proceso de paz con las FARC lleguen a un acuerdo y los diálogos con el ELN sean prósperos, que la economía se estabilice, se hagan mayores controles a la ilegalidad e informalidad, que no surjan nuevos paros… En resumen, tenemos la expectativa de que el 2017 sea un año donde finalmente se concreten todos los cambios favorables anunciados por el Gobierno.

ADITT Asociación para el Desarrollo Integral del Transporte Terrestre Intermunicipal / Edición 50 / Agosto – Septiembre, 2016